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ERIKA ICELA CASTILLO CONCLUYE CAMPAÑA CON EL RESPALDO DE LA GENTE Y LA ESPERANZA DE UN NUEVO RUMBO EN LA JUSTICIA

Por Redacción

Previo al inicio de la veda electoral rumbo a la histórica elección judicial del 1 de junio, Erika Icela Castillo —candidata a la Presidencia del Poder Judicial del Estado de México— culmina una campaña marcada por la cercanía con la gente, el compromiso con la justicia y la posibilidad real de hacer historia: convertirse en la primera mujer en encabezar el máximo órgano judicial de la entidad.

Durante 35 días, Erika recorrió decenas de municipios, visitó plazas públicas, mercados, universidades y comunidades rurales. Escuchó de viva voz las preocupaciones de las y los mexiquenses: la lentitud en los procesos, la falta de empatía en la atención y el deseo profundo de contar con un sistema de justicia más humano, más transparente y más cercano.

Con más de 28 años de trabajo por la justicia, Erika no solo ha demostrado su capacidad técnica y trayectoria impecable, sino también una convicción inquebrantable por transformar desde dentro el sistema de justicia. Cada paso que dio en esta campaña estuvo acompañado de esperanza, abrazos, palabras de aliento y la fuerza de miles de mujeres, jóvenes, trabajadoras y trabajadores judiciales que ven en ella una oportunidad de cambio real.

“Esta campaña no fue mía, fue de todas y todos los que creen que otra justicia es posible. Una justicia con rostro humano, con perspectiva de género y con verdadero sentido de servicio”, declaró Erika en su último evento público antes de entrar en el periodo de reflexión ciudadana.

El próximo domingo 1 de junio, por primera vez en la historia del Estado de México, las y los ciudadanos elegirán por voto directo a la persona que presidirá el Poder Judicial. Erika Icela Castillo aparece en la boleta con el número 1 y ha sido reconocida ampliamente por su visión de transformación, su compromiso con la igualdad y su liderazgo honesto.

Con el respaldo de la ciudadanía y el impulso de una campaña cercana, emotiva y profundamente humana, Erika cierra este capítulo con la frente en alto y la esperanza viva de que, muy pronto, el Poder Judicial del Estado de México pueda ser presidido, por primera vez, por una mujer.