Por Luis Martínez Alcántara
Un fuerte sismo de magnitud 6.9 sacudió la costa suroeste de Japón, desencadenando una alerta de tsunami en las prefecturas de Miyazaki y Kochi. El sismo, que ocurrió a las 9:19 p.m. hora local, tuvo su epicentro en el mar de Hyuganada, frente a la costa de Miyazaki, a una profundidad de aproximadamente 30 kilómetros.
La Agencia Meteorológica de Japón (JMA) emitió rápidamente advertencias, instando a los residentes de las zonas costeras a evacuar hacia terrenos más elevados ante la posibilidad de olas de hasta un metro de altura.
La intensidad del terremoto se registró como un “5 bajo” en la escala sísmica japonesa de 0 a 7 en las áreas más afectadas. Inmediatamente después del sismo, se activaron los sistemas de alerta temprana en toda la región, enviando notificaciones a teléfonos móviles, televisiones y radios.
Las autoridades locales implementaron protocolos de evacuación, especialmente en las zonas costeras de la prefectura de Miyazaki y en algunas áreas de Kochi. La rápida respuesta demostró la eficacia de los avanzados sistemas de preparación para desastres de Japón.
Afortunadamente, el impacto del tsunami fue menor de lo temido inicialmente. Aproximadamente 30 minutos después del terremoto, se observaron olas de unos 20 centímetros en partes de la prefectura de Miyazaki y de 10 centímetros en algunas áreas de la prefectura de Kochi.
El sismo también provocó preocupación sobre su posible relación con un megasismo esperado en la fosa de Nankai. La JMA anunció que un panel de expertos investigaría cualquier conexión potencial entre este evento sísmico y el riesgo de un terremoto mayor en la región. Este análisis es crucial dado que Japón se encuentra en el “Anillo de Fuego del Pacífico”, una zona geológicamente activa propensa a terremotos frecuentes. La posibilidad de un gran terremoto en la fosa de Nankai sigue siendo una preocupación importante para las autoridades y la población japonesa.
La JMA levantó todas las advertencias de tsunami, permitiendo a los residentes regresar a sus hogares. Sin embargo, se mantuvo la alerta por posibles réplicas y cambios en el nivel del mar.