Por Luis Martínez Alcántara.
En el marco del Día Internacional de la Depresión, este 13 de enero, México enfrenta una preocupante realidad: el aumento alarmante de casos de depresión en niños y jóvenes.
Según datos recientes, aproximadamente 2.5 millones de jóvenes entre 12 y 24 años sufren de depresión en el país, y 9.9 de cada 100,000 han tenido ideas suicidas. Esta cifra representa un incremento significativo en comparación con años anteriores, evidenciando una crisis de salud mental que requiere atención urgente.
El aumento de casos de depresión en la población joven se ha acelerado notablemente desde el confinamiento por la pandemia de COVID-19. En el Hospital Psiquiátrico Infantil Dr. Juan N. Navarro, mensualmente entre 600 y 700 niños y adolescentes acuden a consulta psiquiátrica por primera vez, principalmente por depresión y ansiedad.
Las cifras son aún más alarmantes cuando se observa que el número de niños y jóvenes de 10 a 19 años con depresión ha aumentado en los últimos años. Por ejemplo, la dificultad para dormir en este grupo de edad pasó de 12.3% en 2021 a 15.6% en 2022. Además, el porcentaje de jóvenes en este rango de edad que alguna vez pensaron en suicidarse aumentó de 5.1% en 2020 a 7.6% en 2022, siendo las niñas y mujeres adolescentes las más afectadas.
Diversos factores contribuyen a este aumento, incluyendo el estrés por cambios físicos y emocionales, problemas con amigos, acoso escolar, presión académica y conflictos familiares. Se estima que entre el 60% y 80% de los niños diagnosticados con depresión moderada o grave tienen antecedentes familiares de trastornos afectivos.
Además, el uso excesivo de redes sociales y la exposición al ciberacoso han exacerbado esta problemática, creando nuevos desafíos para la salud mental de los jóvenes.
Ante esta situación, es crucial implementar estrategias de prevención y tratamiento temprano. Los expertos recomiendan reforzar el soporte familiar, fomentar hábitos saludables y promover la educación sobre salud mental desde edades tempranas.
