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¿De verdad las lluvias son un riesgo?

Por Mauricio Palomares

En México, cada temporada de lluvias se vive con una mezcla de esperanza y temor. Esperanza porque la lluvia da vida a los campos, llena los embalses y limpia el aire; temor porque los cauces desbordados, los deslaves y la infraestructura insuficiente pueden convertir esa bendición en desastre. Pero ¿de verdad las lluvias son el riesgo? ¿O somos nosotros quienes hemos olvidado cómo convivir con ellas?

Desde la mirada SOLARPUNK, corriente que propone un futuro ecológico y tecnológicamente armónico, las lluvias no son enemigas: son aliadas que debemos aprender a comprender y gestionar. No se trata de detener la naturaleza, sino de diseñar ciudades y comunidades resilientes que integren el agua como parte de su equilibrio vital.

Aprender de lo que ya funciona

En Singapur, por ejemplo, el programa “Active, Beautiful, Clean Waters” transformó canales de drenaje en parques urbanos que recogen, filtran y almacenan agua de lluvia. El sistema no solo previene inundaciones, también recupera ecosistemas y mejora la calidad de vida de los ciudadanos. La lluvia se convierte en recurso, no en amenaza.

En Países Bajos, una nación que históricamente vive bajo el nivel del mar, los proyectos de “water plazas” —plazas públicas diseñadas para inundarse controladamente— han revolucionado la gestión del agua. En lugar de pelear contra las lluvias, las integran como parte del paisaje urbano. Cuando el clima es seco, esos espacios sirven como parques; cuando llueve, actúan como reservorios naturales.

México y el reto del cambio de mentalidad

En México, las lluvias suelen ser noticia cuando causan daños, pero rara vez cuando llenan los acuíferos o reactivan los ecosistemas. La gestión del agua todavía está centrada en la contención, no en la convivencia. Sin embargo, hay señales de cambio: proyectos de captación pluvial en la Ciudad de México, agricultura regenerativa en Oaxaca y programas comunitarios en Guerrero que están comenzando a ver el agua como parte del tejido social.

El futuro no está en detener las lluvias, sino en aprovechar su potencial para garantizar seguridad hídrica, reforestar zonas degradadas y reforzar el sentido de comunidad frente al cambio climático.

Desde la mirada SOLARPUNK, el verdadero riesgo no está en las lluvias: está en seguir viéndolas como enemigas.

La solución es aprender a vivir con ellas, con respeto, innovación y esperanza.