Por Luis Martínez Alcántara
Marco Rubio, nominado como secretario de Estado por el presidente electo Donald Trump, declaró durante su audiencia de confirmación ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado que designar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas es “una opción sobre la mesa”. El senador de Florida enfatizó que, aunque esta designación podría ser una “herramienta imperfecta”, es importante identificar y llamar a estos grupos por lo que son: “terroristas por naturaleza, que aterrorizan con migración masiva y con el flujo de drogas”.
Ante el cuestionamiento del senador David H. McCormick sobre la posibilidad de emprender acciones militares contra estos grupos criminales, Rubio respondió que es “una opción que el presidente tiene a su disposición”, aunque aclaró que no es la preferida del Departamento de Estado. El futuro jefe de la diplomacia estadounidense señaló que estos grupos criminales son “empresas sofisticadas” que operan en el tráfico de personas, drogas y migrantes.
Rubio advirtió que los cárteles tienen “control operacional” de enormes territorios en la frontera entre México y Estados Unidos, lo que calificó como “un hecho desafortunado”. El senador destacó que estos grupos no solo amenazan a Estados Unidos, sino que también comprometen la soberanía mexicana y la seguridad del pueblo mexicano, recordando que varios candidatos y periodistas han sido asesinados por enfrentarse a estas organizaciones.
A pesar de mantener la opción militar sobre la mesa, Rubio expresó su preferencia por trabajar en cooperación con el gobierno mexicano. “Mi esperanza es trabajar en alianza con México para este asunto. Creo que México puede hacer más para enfrentar este grave problema”, señaló el nominado a Secretario de Estado, quien se convertirá en el primer latino en ocupar este cargo tras su confirmación.
Las declaraciones de Rubio se dan a pocos días de que Donald Trump asuma la presidencia, cuya ceremonia está programada para el lunes 20 de enero. El presidente electo ha manifestado anteriormente su intención de enviar al ejército estadounidense a combatir a los cárteles del crimen organizado en México, incluso planteando la idea de atacar con drones los laboratorios de producción de fentanilo en territorio mexicano.