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Urge al Gobierno de Hidalgo declarar a Huejutla en estado de emergencia por la fuerte sequía

Ante la falta de lluvia y que las dos fuentes de abastecimiento están a nivel crítico, el titular de la Comisión de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de Huejutla, Hidalgo (CAPASHH), Abdul Lisandro Hernández Lara, pidió a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y al gobierno del estado que esa demarcación sea declarada en estado de emergencia.

Ocho días antes, el mismo funcionario había pronosticado lo siguiente:

“Debido a que no ha llovido desde hace más de tres meses, se prevé que el agua que abastece a toda la cabecera municipal de Huejutla, proveniente de los ríos Candelaria y Los Hules, solo alcance para distribuir una semana más a las familias”. La semana se cumplió y el agua ya no alcanza.

Datos oficiales señalan que 46 de los 84 municipios de la entidad se encuentran en sequía excepcional, mientras 38 están en sequía extrema, de acuerdo con el análisis del Monitor de Sequía de México, elaborado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

El reporte federal reveló que el 59.9 por ciento de la superficie total de la entidad hidalguense se encuentra en sequía excepcional, que es la mayor categoría por falta de agua, mientras que el 39.7 por ciento está en sequía extrema, y sólo el 0.4 por ciento en sequía severa.

Volviendo al tema de Huejutla, Abdul Lisandro Hernández Lara aseguró que con el apoyo que se pueda recibir por parte de estas dependencias, se pueda mitigar el grave problema que se tiene ante la falta del vital líquido en todo este municipio qué pertenece a la región de la Huasteca Hidalguense, por ello “estamos en la búsqueda de poder encontrar un venero qué permita reabastecer los tanques de almacenamiento del líquido”.

Aclaró que la distribución no depende de contar con pipas y otros vehículos que lo transporten, sino que estos cuenten con sitios en donde cargar agua, lo que ha dado la escases generalizada que se padece, por lo que se tiene que llevar a cabo esta actividad, donde es necesario que los usuarios puedan apoyar a cuidarla y, sobre todo, a no desperdiciarla durante el estiaje.

Trabajadores de la Comisión de Agua Potable, Alcantarillado, Saneamiento de Huejutla, confirmaron que después de tener más de tres metros de altura el río Los Hules, ahora apenas llega al metro de profundidad, por lo que esta situación la calificaron como crítica, porque se está tandeando la poca agua a más de 15 mil usuarios registrados en esta dependencia. 

Los creyentes realizan ofrendas y piden a Dios que llueva

En aquella región hidalguense, la población mayormente indígena es muy creyente en la religión católica y, de acuerdo a sus Usos y Costumbres, se han dado a la tarea de pedir a sus santos que llueva, porque después de más de tres meses de no llover, la intensa sequía ya los rebasó, hasta llegar al estado de emergencia.

Un ejemplo de esta realidad es la que escenificaron en días recientes los vecinos y el catequista de la iglesia católica, Osvaldo Hernández Martínez, quienes se reunieron en lo que antes era un río caudaloso de la comunidad de Cuapaxtitla, en el municipio de Huejutla, donde realizaron una ofrenda a la madre tierra y pidieron a los Santos San José, San Isidro Labrador y Cristo Rey que llueva pronto en esta parte de la Huasteca Hidalguense, ya que llevan más de tres meses sin el vital líquido.

Hernández Martínez ofició una novena en este afluente que colinda con el municipio de Jaltocán, acompañado en todo momento de adultos mayores, menores de edad y habitantes que escucharon con atención las plegarias por esta difícil situación que se está viviendo y está afectando directamente a las familias de numerosas comunidades.

Con un tapextle en forma de tamal, pan, refrescos, veladoras y agua, los fieles católicos hicieron la ofrenda para darle las gracias a la madre tierra, a la madre naturaleza, esto para que les mande lluvias, “para que interceda ante nosotros en esta situación que estamos padeciendo de la sequía y en donde este río de Cuapaxtitla en más de 40 años no se había secado”, exclamó el catequista.

 

Por Abel López Jiménez.