Por Luis Martínez Alcántara
CIUDAD DE MÉXICO.- Los santuarios de luciérnagas ofrecen una experiencia mágica y única para los amantes de la naturaleza. Estos lugares se convierten en un espectáculo de luces viviente durante ciertas temporadas del año, atrayendo a turistas y visitantes que desean presenciar el resplandor natural de estos insectos.
En esta temporada, México cuenta con varios destinos ideales para disfrutar de este fenómeno, cada uno con sus propias características y encantos.
Uno de los destinos más populares es el Santuario de las Luciérnagas en Nanacamilpa, Tlaxcala. Este lugar es conocido por su impresionante concentración de luciérnagas durante los meses de junio y julio. Los visitantes pueden participar en tours guiados que les permiten explorar el bosque y apreciar el brillo de las luciérnagas en un ambiente natural y controlado, garantizando tanto la protección de los insectos como la seguridad de los turistas.
Otro sitio destacado es el Parque Ecológico Xochitla, en el Estado de México, donde se organizan recorridos nocturnos para observar a las luciérnagas. Este parque ofrece además actividades adicionales como talleres educativos y áreas recreativas, lo que lo convierte en una opción ideal para visitar en familia. La experiencia no solo es visualmente espectacular, sino también educativa, ya que los guías explican el ciclo de vida y la importancia ecológica de las luciérnagas.
En Amecameca, también en el Estado de México, se encuentra otro santuario que ha ganado popularidad. Aquí, los visitantes pueden disfrutar de una caminata por el bosque mientras son guiados por expertos locales que comparten conocimientos sobre la biología y el comportamiento de estos fascinantes insectos. Este santuario es menos concurrido, lo que ofrece una experiencia más tranquila e íntima.
Finalmente, se recomienda a los visitantes seguir las indicaciones de los guías y respetar las normas establecidas para proteger el hábitat de las luciérnagas. Esto incluye evitar el uso de linternas y dispositivos que puedan perturbar a los insectos. Así, se asegura que esta maravilla natural pueda ser disfrutada por futuras generaciones.