Por Luis Martínez Alcántara
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la creación de un nuevo organismo llamado Servicio de Impuestos Externos (External Revenue Service, en inglés) con el objetivo de recaudar aranceles e ingresos provenientes de fuentes extranjeras.
Esta medida, que entrará en vigor el 20 de enero cuando Trump asuma su segundo mandato presidencial, busca implementar una política comercial más agresiva y proteccionista. El republicano argumentó que durante mucho tiempo la economía estadounidense ha proporcionado crecimiento y prosperidad al mundo mientras se gravaba a sí misma y que es hora de que eso cambie.
Trump prometió imponer fuertes aranceles a los tres mayores socios comerciales de Estados Unidos: Canadá, México y China. Entre sus propuestas más polémicas se encuentra un arancel del 25% a las importaciones de Canadá y México, así como un arancel del 10% a las importaciones mundiales y un 60% a los productos chinos. Estas medidas, según expertos en comercio, podrían alterar significativamente los flujos comerciales, elevar los costos y provocar represalias contra las exportaciones estadounidenses.
El anuncio ha generado preocupación en México, donde se teme que los primeros objetivos de estos aranceles sean las exportaciones de cerveza y tequila. Estados Unidos es el principal comprador de tequila mexicano, adquiriendo 8 de cada 10 litros producidos, y las ventas de este producto a EU representan aproximadamente 1,500 millones de dólares al año. En cuanto a la cerveza, al menos el 90% de las exportaciones mexicanas fueron realizadas a Estados Unidos y Canadá durante los primeros seis meses de 2024.
La creación del Servicio de Impuestos Externos ha sido comparada por Trump con el Servicio de Impuestos Internos (IRS), que se encarga de recaudar los impuestos de los ciudadanos estadounidenses. El presidente electo afirmó que este nuevo organismo comenzará a cobrar a quienes “ganan dinero a costa nuestra con el comercio”, asegurando que finalmente pagarán su “parte justa”. Esta medida se enmarca en la crítica de Trump a los acuerdos comerciales existentes, a los que califica como “blandos y patéticamente débiles”.
