OCTAVA MUERTE REPORTADA EN SUCURSALES SMART FIT

Por Monserrat Californias  

Una nueva muerte sacudió a la cadena de gimnasios Smart Fit, esta vez en su sucursal ubicada en Atizapán de Zaragoza, Estado de México. De acuerdo con reportes en redes sociales, un hombre perdió la vida mientras realizaba ejercicios de estiramiento. El cuerpo quedó tendido en el área del gimnasio, lo que generó la preocupación de otros usuarios.

El periodista Carlos Jiménez, de Excelsior, denunció que nuevamente fallaron los protocolos de atención médica en el lugar. Se trata del octavo caso documentado en el que un usuario fallece dentro de estas instalaciones. Según su versión, no se brindó una respuesta adecuada al momento del incidente, lo que pudo haber sido determinante en el desenlace.

Sin embargo, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México ya investiga el caso para deslindar responsabilidades. La falta de personal médico en estos gimnasios ha sido un punto constante de crítica en redes sociales.

En contraste, Smart Fit rechazó las afirmaciones del periodista. Erick Vázquez, representante de la oficina de relaciones públicas de la empresa, declaró a Excélsior Digital que la información difundida es incorrecta. Aseguró que el usuario recibió primeros auxilios por parte de personal capacitado mientras esperaban la llegada de la ambulancia.

Usuarios en redes sociales expresaron su inquietud ante la repetición de muertes en Smart Fit y plantearon medidas que deberían implementarse. Entre ellas, solicitar un certificado médico especializado antes de permitir el ingreso, contar con un médico en cada sucursal y revisar los suplementos que se promueven. Además, pidieron mayor supervisión por parte de las autoridades y capacitación continua al personal.

Algunas hipótesis surgidas entre los usuarios apuntan al consumo excesivo de suplementos, problemas cardíacos no detectados y sobreesfuerzo físico. Otros incluso han propuesto la clausura temporal de los gimnasios hasta que se garantice atención médica en cada sede. Mientras tanto, crece la presión social sobre Smart Fit, que se enfrenta a una crisis de confianza entre sus clientes.