Miguel “n”, presunto feminicida serial de la alcaldía Iztacalco de la Ciudad de México
El feminicidio de la joven de 17 años María José Castillo, ocurrido el martes 16 de abril en la alcaldía Iztacalco, llevó a que se descubriera el caso de Miguel “N”, quien es un presunto feminicida serial que almacenaba restos de sus víctimas en su departamento de la colonia La Cruz, y a quien un juez de control vinculó a proceso.
Miguel “N” tiene 39 años y sus vecinos lo describen como un hombre callado e introvertido, que pasaba desapercibido y podría estar vinculado con otros 20 feminicidios. En redes sociales lo acusan de la desaparición de la joven de 22 años, Frida Sofía Lima Rivera, el 7 de febrero de 2015, en la misma alcaldía de Iztacalco.
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) informó el 19 de abril, en su cuenta de X, que un juez de control vinculó a proceso al presunto feminicida serial, por los delitos de feminicidio y feminicidio en grado de tentativa, ocurridos el pasado martes en agravio de María José Castillo y su madre Cassandra Yascara, de 38 años.
La autoridad judicial le impuso la medida cautelar de prisión preventiva justificada durante seis meses, plazo fijado para el cierre de la investigación complementaria.
Un día después del feminicidio de María José Castillo, la Fiscalía capitalina emitió un comunicado en el que detalló las indagatorias de la Fiscalía de Investigación del Delito de Feminicidio y de la Coordinación General de Investigación de Delitos de Género y Atención a Víctimas, según las cuales el presunto culpable ingresó al domicilio de su víctima para agredirla sexualmente y privarla de la vida.
El encargado de despacho de la Fiscalía de la ciudad, Ulises Lara, informó en un videomensaje que en seguimiento a las investigaciones sobre el feminicidio, personal de la institución ejecutó un cateo en el domicilio de Miguel “N”, ahí encontraron diversos restos óseos, rastros biológicos, un serrucho, libretas, identificaciones oficiales femeninas, rastros hemáticos, teléfonos celulares, discos compactos y una memoria.
Por Luis Martínez Alcántara.