Economía Portada

España investiga a Apple por “posibles prácticas anticompetitivas”

La autoridad de la competencia de España anunció este miércoles que abrió una investigación contra la compañía tecnológica estadounidense Apple por “posibles prácticas anticompetitivas” al imponer “condiciones comerciales inequitativas” a los desarrolladores de aplicaciones de su App Store.

“Las conductas podrían constituir un abuso de posición de dominio”, señaló en un comunicado la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

Las pesquisas fueron iniciadas “de oficio, dada la relevancia que está cobrando en España la actividad económica” de las “tiendas de aplicaciones”, continuó la CNMC.

“Estas prácticas podrían ser consideradas como una infracción muy grave de las reglas de la competencia”, y podrían “conllevar multas de hasta el 10% del volumen de negocio total mundial” de la empresa, según la CNMC, equivalente a más de 30.000 millones de euros en función de sus ventas del año pasado.

En una reacción enviada a la AFP, el gigante californiano afirmó que los “desarrolladores españoles de todos los tamaños compiten en igualdad de condiciones en la App Store”, pero de todos modos dijo querer seguir “trabajando con la autoridad de la competencia española para comprender y responder a sus inquietudes”.

Esta investigación se anuncia un mes después de que la Comisión Europea abriera la vía a fuertes sanciones financieras contra Apple al determinar, de forma preliminar, que su tienda de aplicaciones no cumple con las normas de competencia del bloque.

La normativa vigente determina que las empresas que distribuyen sus aplicaciones a través de App Store “deben poder, de forma gratuita, informar a sus clientes sobre posibilidades de compra alternativas más económicas”, explicó la Comisión.

El brazo ejecutivo de la UE ya había abierto una investigación el 25 de marzo sobre la App Store, a la luz de las normas de competencia determinadas por la Ley de Mercados Digitales (LMD) del bloque.

La empresa californiana respondió a la Comisión Europea que había “realizado una serie de modificaciones en los últimos meses para cumplir” con la normativa y se mostró convencido de respetar la legislación europea.

Apple ha basado su negocio en un ecosistema cerrado en torno al iPhone y al iPad, alegando imperativos de seguridad y mayor comodidad para el usuario, pero esta filosofía contraviene las normas de competencia europeas.