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Cinco años de cárcel para Sarkozy por “asociación de malhechores” en el caso Libia

Por Redacción:

Ciudad de México, viernes 26 de septiembre de 2025. Un tribunal penal de París condenó hoy a Nicolas Sarkozy a cinco años de prisión y a una multa de 100 mil euros tras hallarlo culpable de asociación de malhechores en el expediente sobre el presunto financiamiento libio de su campaña presidencial de 2007; el fallo —histórico para la V República— dispone ejecución de la pena con mandato de depósito de efecto diferido, por lo que el exmandatario deberá ingresar en prisión, aunque interponga recurso. La jueza Nathalie Gavarino subrayó la “gravedad excepcional” de los hechos por su capacidad de minar la confianza pública; el tribunal, no obstante, absolvió a Sarkozy de corrupción pasiva, financiamiento ilegal y encubrimiento de desvío de fondos públicos, al considerar que no quedó probado que dinero libio ingresara efectivamente a su campaña. Sarkozy, de 70 años, calificó la decisión de “escándalo” y anunció apelación inmediata.

La sentencia fija un hito judicial: es la primera vez que un expresidente francés recibe una condena con encarcelamiento efectivo en un caso de corrupción de alto impacto. De acuerdo con medios franceses, la Fiscalía Nacional Financiera citará a Sarkozy el 13 de octubre para notificar fecha y lugar de reclusión, en cumplimiento del mandato de depósito; la medida fue confirmada por coberturas en directo de Le Monde, BFMTV y RTL. En paralelo, el tribunal impuso penas a aliados cercanos: Claude Guéant y Brice Hortefeux fueron también declarados culpables —con seis años de prisión para el primero (con ejecución diferida por razones médicas) y arresto domiciliario para el segundo—, según despachos de agencias y crónicas en inglés.

El núcleo del veredicto no afirma que el dinero de Muamar el Gadafi llegara a la contabilidad electoral, pero sí que Sarkozy consintió una concertación criminal (2005–2007, cuando era ministro del Interior) para buscar esos fondos a través de emisarios y acuerdos con funcionarios libios a cambio de ventajas diplomáticas. Esa trama —según la sentencia— bastó para acreditar la asociación de malhechores, aun sin rastrear el flujo final de efectivo. El exmandatario prometió “defender su honor” en instancias superiores; sin embargo, el tribunal ordenó cumplimiento inmediato de la pena, algo poco habitual en delitos de cuello blanco, por la lesión institucional causada.

La condena se monta sobre un historial judicial ya complejo: en 2021 Sarkozy fue condenado por corrupción e influencia en el caso de las intervenciones telefónicas (tres años, con un año a cumplir bajo brazalete electrónico tras perder la apelación en 2023 y el último recurso en 2024); y en 2024 un tribunal confirmó un año de prisión —con seis meses bajo vigilancia electrónica— por rebase de gastos en la campaña de 2012 (caso Bygmalion). El exmandatario mantiene, además, un frente por presunta manipulación de testigos relacionado con el mismo expediente libio.

En términos políticos, la decisión sacude al conservadurismo francés: pese a sus causas abiertas, Sarkozy seguía influyendo en el reacomodo de la derecha y en conversaciones de alto nivel; ahora, la certeza de un ingreso en prisión —con fecha administrativa por definirse tras la comparecencia del 13 de octubre— reabre debates sobre la ética del poder, la financiación electoral y el alcance de la justicia frente a élites políticas. Para el lector, los datos verificables a esta hora son: cinco años de prisión y 100 mil euros de multa por asociación de malhechores; absolución en corrupción pasiva y financiamiento ilegal; mandato de depósito con ejecución provisoria que obliga al encarcelamiento pese a la apelación; citación para trámites de ingreso a prisión a partir del 13 de octubre; y apelación anunciada por la defensa.