Bloque liderado por China crea banco de desarrollo: ¿una victoria para Xi Jinping?
Por Redacción:
Ciudad de México, lunes 1 de septiembre de 2025. En la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) celebrada hoy en Tianjin, Xi Jinping logró el acuerdo político para crear un banco de desarrollo del bloque, una pieza que Pekín impulsa desde hace años y que funcionaría como plataforma de financiamiento para infraestructura, energía, tecnología y proyectos verdes entre los países miembros. La noticia fue adelantada por Bloomberg y El Financiero con base en fuentes de la propia cumbre y confirmada en los discursos y comunicados difundidos durante la jornada; Reuters enmarcó el anuncio en la estrategia de China para plantear un orden financiero alternativo al dominado por Estados Unidos y “democratizar” la gobernanza global.
A diferencia de reuniones previas, el encuentro de Tianjin congregó a más de 20 líderes (entre ellos Vladimir Putin y Narendra Modi) y fue presentado por Pekín como la cumbre más grande en la historia de la OCS. En su mensaje, Xi articuló una visión de multipolaridad y “verdadero multilateralismo”, e introdujo medidas para “encender los motores” económicos del bloque: ayuda por 2,000 millones de yuanes y préstamos por 10,000 millones de yuanes para proyectos conjuntos, además del impulso a un centro de cooperación en IA y a la liquidación en monedas locales. Reuters documentó estos montos y la arquitectura política del plan; Financial Times y AP agregaron la lectura geopolítica: el banco y las nuevas plataformas refuerzan la proyección de liderazgo de China ante el llamado “Sur Global”, con la OCS como escaparate.
Para Pekín, el banco de la OCS no parte de cero. Bloomberg refiere que Xi pidió establecerlo “lo antes posible” y que esta institución ha sido una ambición de larga data, comparable —por su lógica de “finanzas del desarrollo” regionales— con el precedente del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (AIIB) y el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB) de los BRICS, aunque con enfoque OCS y gobernanza propia. En su cobertura en español, El Financiero sintetiza el punto político: el visto bueno al banco es “una victoria para Xi” porque traslada a instrumentos concretos su agenda de liderazgo económico del bloque.
Las motivaciones quedaron nítidas en los mensajes oficiales y en la narrativa de la prensa internacional: reducir la dependencia del dólar, facilitar el crédito a infraestructura para los miembros, blindar el comercio frente a sanciones y aranceles, y coordinar cadenas de suministro estratégicas (energía, tecnologías críticas, transporte). Reuters aseguró que el paquete financiero y el banco en diseño forman parte de la apuesta por “sistemas financieros alternativos” y por una gobernanza económica que priorice a los países de la OCS. FT añadió que Pekín vincula todo a una “iniciativa de gobernanza global” con la que busca redefinir reglas de juego más allá de Occidente.
En paralelo al anuncio, la diplomacia de gestos fue intensa. Reuters y FT consignaron que Xi y Modi enviaron señales de deshielo tras años de tensiones fronterizas, al tiempo que Putin abrazó el discurso de multilateralismo y monedas nacionales; AP describió la cumbre como un esfuerzo de China por ensanchar el papel de la OCS y mostrar cohesión con Rusia e India en un momento de disputas comerciales y realineamientos globales. Xinhua, agencia oficial china, publicó el texto íntegro del discurso de Xi y recalcó que se trata de la “mayor cumbre” del organismo, con un llamado a “avanzar con pasos sólidos”.
Qué significa hoy para México y la región dentro de una lectura informativa: un nuevo banco de desarrollo administrado por la OCS ampliaría la oferta de financiamiento en Eurasia y, por extensión, para países que participan como observadores o socios de diálogo en proyectos de conectividad (corredores, puertos, energía). No sustituye a instituciones globales, pero sí crea otra ventanilla en un tablero donde China ya probó su capacidad de movilizar recursos en banca multilateral. Esa es la razón por la que varias cabeceras internacionales califican el anuncio como “victoria” política de Xi: traduce su discurso de orden multipolar en instrumentos financieros palpables.