Por Luis Martínez Alcántara
El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, admitió que han existido encuentros entre grupos criminales y la autoridad en su estado y mencionó que son parte de la compleja realidad de la seguridad en Sinaloa, donde los enfrentamientos entre las facciones del Cártel de Sinaloa, como “Los Chapitos” y “La Mayiza”, representan un desafío constante para las fuerzas de seguridad. A pesar de los esfuerzos, el mandatario reconoció que estas interacciones no han desaparecido por completo.
Rocha Moya destacó que, aunque los encuentros con grupos criminales se han reducido, todavía persisten. En una entrevista posterior, el gobernador aclaró que se refería a confrontaciones violentas y no a diálogos o negociaciones.
Afirmó que el control sobre estos encuentros ha mejorado, pero que la situación sigue siendo volátil y puede cambiar rápidamente ante nuevos conflictos. Esto refleja la lucha continua por mantener la seguridad en una región marcada por la violencia.
El gobernador también subrayó que su administración implementó estrategias para mitigar la violencia, incluyendo operativos específicos para prevenir bloqueos en carreteras y mejorar la vigilancia en áreas críticas. A pesar de estos esfuerzos, Rocha admitió que actos delictivos como el vandalismo a cámaras de seguridad siguen ocurriendo, lo que desanima a la población y complica aún más el panorama. La situación se presenta como un reto constante para su gobierno.
En cuanto a los avances en materia educativa, Rocha mencionó que el 89% de las escuelas en Sinaloa están funcionando con normalidad, lo cual es un indicador positivo en medio del contexto de inseguridad. Sin embargo, enfatizó que aún queda mucho por hacer para restaurar completamente la tranquilidad en el estado. La administración se enfrenta a un delicado equilibrio entre garantizar la seguridad pública y fomentar un entorno propicio para el desarrollo social.
El gobernador instó a no subestimar la gravedad de los encuentros entre grupos criminales y autoridades. Aunque se han logrado reducir ciertos niveles de confrontación, Rocha Moya dejó claro que el problema no está resuelto. La realidad de Sinaloa sigue siendo compleja y requiere atención constante para evitar un resurgimiento de la violencia.