Por Luis Martínez Alcántara
CIUDAD DE MÉXICO.- Eduardo Verástegui, conocido actor y productor mexicano, emergió como una figura prominente en la ultraderecha latinoamericana, especialmente tras su reciente anuncio en la Cumbre de Acción Política Conservadora (CPAC) celebrada en Buenos Aires, Argentina. Allí, reveló sus planes para crear un nuevo partido político en 2025, enfocado en una agenda centrada en la familia y los valores católicos. Este movimiento se da en un contexto donde la ultraderecha busca consolidar su influencia política en el país, aprovechando el descontento con los partidos tradicionales y el deseo de una alternativa más radical.
La relación entre Verástegui y Donald Trump es notablemente cercana. El actor expresó su apoyo incondicional al ex presidente estadounidense, incluso lanzando un rap titulado “Latinos con Trump” para incentivar el voto latino a favor del magnate. Este vínculo no solo se manifiesta en palabras; Verástegui ha compartido momentos públicos con Trump, destacando su alineación ideológica y su deseo de promover una agenda conservadora en ambos lados de la frontera. La influencia de Trump en la política mexicana parece ser un factor clave para el crecimiento del nuevo partido de Verástegui.
En cuanto a la proyección del partido que planea fundar, se anticipa que podría atraer a un sector significativo de la población que busca respuestas a problemas sociales desde una perspectiva conservadora. Con el lema “Verás que sí”, Verástegui pretende conectar con las bases populares y aprovechar el descontento hacia el gobierno actual. Los líderes de la ultraderecha han señalado que es crucial crear una nueva formación para desafiar al partido gobernante, Morena, y así recuperar espacios políticos perdidos.
El éxito del nuevo partido dependerá de varios factores, incluyendo la capacidad de Verástegui para movilizar a los votantes y su habilidad para construir alianzas estratégicas con otros grupos conservadores. La reciente ola de apoyo hacia figuras como Trump sugiere que hay un terreno fértil para este tipo de movimientos políticos. Sin embargo, también enfrenta críticas y escepticismo por parte de aquellos que cuestionan su capacidad para representar verdaderamente los intereses de los mexicanos.
La figura de Eduardo Verástegui podría convertirse en un símbolo del resurgimiento de la ultraderecha en México, pero también deberá lidiar con las divisiones internas y las críticas externas. Su relación con Trump podría ser tanto un impulso como un obstáculo, dependiendo de cómo evolucione el panorama político tanto en México como en Estados Unidos.