Por Luis Martínez Alcántara
Diego “N”, un exalumno del Instituto Politécnico Nacional (IPN), fue absuelto de los cargos de alterar imágenes de sus compañeras utilizando inteligencia artificial (IA) para fines sexuales. Este caso ha sido considerado emblemático en el contexto de la violencia digital, ya que Diego fue acusado de manipular y distribuir fotografías íntimas sin el consentimiento de las afectadas.
La denuncia se originó el 6 de octubre de 2023, cuando se descubrió que poseía un dispositivo con aproximadamente 166,000 imágenes alteradas y 20,000 videos, muchos de los cuales eran de estudiantes del IPN.
El uso de estas imágenes por parte de Diego “N” fue un acto que no solo vulneró la intimidad de sus compañeras, sino que también las expuso a un riesgo considerable en un entorno donde la explotación sexual digital es cada vez más común. Las víctimas relataron que sus fotos fueron transformadas en contenido sexual y ofrecidas a través de plataformas como Telegram, lo que representa una grave violación a su privacidad y dignidad. Este tipo de violencia digital ha sido objeto de creciente atención, especialmente con el auge de la IA y su capacidad para manipular imágenes y videos.
A pesar de las evidencias presentadas durante el juicio, el juez Francisco Salazar Silva determinó que no había suficientes pruebas para demostrar la culpabilidad de Diego “N” en los delitos que se le imputaban. La defensa argumentó que aunque existía un delito acreditado, no se podía vincular directamente al acusado con la acción delictiva. Esta decisión ha generado indignación entre las víctimas y organizaciones feministas, quienes consideran que el fallo envía un mensaje peligroso sobre la impunidad en casos de violencia digital.
Las reacciones a la absolución han sido contundentes. Activistas como Olimpia Coral han señalado que este veredicto refuerza una “complicidad patriarcal” dentro del sistema judicial, donde se minimiza la gravedad del uso indebido de tecnología para agredir a mujeres. Las jóvenes afectadas han expresado su frustración, afirmando que este fallo no solo afecta su búsqueda de justicia, sino que también perpetúa un entorno donde la violencia digital puede prosperar sin consecuencias.
A pesar de la absolución en este caso específico, aún quedan pendientes otras seis denuncias contra Diego “N”. Las víctimas planean apelar esta decisión judicial con la esperanza de establecer un precedente legal significativo contra el uso malintencionado de la inteligencia artificial en contextos sexuales.
