Por Teófilo Benítez Granados, Rector del Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminológicas (CESCIJUC)
Si a nivel internacional se sabe de la importancia de reducir la brecha entre los países ricos y pobres, a nivel nación sucede lo mismo.
En el mundo el espacio que divide a pobres y ricos aumenta dramáticamente. Sin embargo, la educación puede contribuir a detener el ensanchamiento de tal diferencia y luego hacer lo necesario para disminuirla.
Todos somos responsables de que el hecho educativo se cumpla a cabalidad y objetividad: padres de familia, autoridades gubernamentales, sociedad civil, docentes, iniciativa privada, autoridades administrativas de las instituciones educativas, alumnos…todos.
Así, debemos concientizarnos y mejorar el papel que a cada uno de nosotros corresponde.
Ahora, la educación es uno de los factores que más influyen en el avance y progreso de las personas y sociedades. Además de proveer conocimientos, enriquece la cultura, el espíritu, valores y todo aquello que nos caracteriza como seres humanos.
En suma: la educación es necesaria en todos los sentidos, para alcanzar mejores niveles de bienestar social y de crecimiento económico. También para nivelar en lo posible las desigualdades económicas y sociales, propiciar la movilidad social de las personas, acceder a mejores empleos, elevar las condiciones culturales de la población, ampliar oportunidades, vigorizar valores cívicos y laicos que fortalecen las relaciones de la sociedad.
La educación juega un importante rol en el avance democrático y el fortalecimiento del estado de Derecho; como impulsora de la ciencia, tecnología e innovación. También para disminuir los índices delincuenciales en el país.
Un mundo lleno de transformaciones
La educación siempre se considera importante para el desarrollo, pero en la actualidad adquiere mayor relevancia debido a que el mundo está inmerso en profundas transformaciones, motivado por el vertiginoso avance de la ciencia y sus aplicaciones. Asimismo, el acelerado desarrollo de los medios y la tecnología de la información.
Educar significa también actualizarse en el conocimiento, abordar los retos de comunicación, decodificar las nuevas formas de lenguaje y formar al sujeto para que tenga posibilidades de acceso a nuevas tecnologías.
En las economías modernas, el conocimiento se convierte en uno de los factores más importantes para el desarrollo y la producción.
Sabemos que las sociedades que más avanzan, en lo económico y social, son las que logran cimentar el progreso con el conocimiento, tanto lo que se transmite con la escolarización como el que se genera a través de la investigación, ya sea por institutos universitarios o tecnológicos, o por los institutos de investigación dependientes de los grandes corporativos privados.
De la educación, ciencia e innovación tecnológica, en si, dependen, cada vez más, la productividad y competitividad económicas, así como gran parte del desarrollo social y cultural de las naciones. La educación se consolida, entonces, en el factor de crecimiento y factor para aminorar la inequidad.